
Ellos
Desde los primeros registros, antes incluso de que se formaran los primeros 12, se hablaba de una presencia silenciosa, una fuerza que no puede ser tocada ni nombrada sin consecuencias. Aquellos que sabían demasiado desaparecían. Aquellos que ignoraban, también. A lo largo de las décadas los hemos llamado de muchas formas, pero el nombre más cercano a lo que son es: Ellos.
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No tienen rostro, pero siempre están mirando.
No tienen voz, pero susurran desde los rincones del sueño.
No tienen forma única, pero se adaptan, se disfrazan, se infiltran.
Son el verdadero enemigo, el origen de la corrupción, el peso invisible que quebró a los antiguos 12, y la razón por la que la Resistencia existe.
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Este archivo compila lo que hemos podido reunir sobre Ellos.
I. Presencia en el Plano Terrenal
Aunque se presentan como una fuerza intangible, Ellos han establecido raíces funcionales y operativas en nuestro plano. Sus métodos son sutiles, psicológicos, prolongados en el tiempo. Atacan la estabilidad mental antes de tomar cualquier forma directa.
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1. Interferencia onírica
Los sueños son su punto de entrada más frecuente. Se manifiestan en forma de símbolos recurrentes: ojos, espirales, cuartos sin salida, cuerpos sin rostro. A veces su presencia es sutil —una figura estática al fondo— y otras veces brutal —posesión del sueño, parálisis, visiones compartidas entre individuos no conectados entre sí—.
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2. Vigilancia vehicular
Muchos registros han documentado la presencia de vehículos estacionados por días, sin placas visibles, vidrios polarizados, o con conductores que no se bajan jamás. Estos vehículos siguen patrones de vigilancia y reconocimiento. No buscan atacar, sino recopilar datos y alterar rutinas.
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3. Proximidad física no invasiva
Se ha reportado que rondan casas durante la noche. Nunca entran... hasta que lo hacen. Lo importante no es el daño físico, sino la alteración del umbral emocional: buscan que bajes la guardia o que pierdas la fe en lo real.
II. Manifestación en el Plano Astral
1. Entidades de miasma
Su presencia se manifiesta como niebla oscura viva, cargada de pulsos, distorsión y descomposición de símbolos. Allí donde llegan, el plano astral se contamina. Todo lenguaje simbólico se degrada, todo guía se silencia.
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2. Esbirros y constructos
No siempre actúan directamente. Invocan o manipulan formas intermedias: entidades menores, sombras con intenciones simples (persecución, mutilación, acoso). Estos esbirros actúan en enjambres, carecen de razón pero responden al deseo de su fuente.
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3. Rastreadores mentales
Pueden leer huellas mentales dejadas por emociones fuertes: miedo, duda, ira. Siguen pensamientos como perros entrenados. Una vez marcan a un individuo, lo rastrean plano tras plano, incluso durante el día, manifestándose en coincidencias, repeticiones, o encuentros con personas erráticas.
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4. Tortura y eliminación
Una vez dentro, no buscan solo matar: desmantelan la mente. Las víctimas muestran síntomas de disociación, pérdida de identidad, sueños interrumpidos por gritos ajenos, y en casos extremos, suicidio inducido. Cuando matan, lo hacen como mensaje.
